Este es el relato de una pareja que como tantas otras no pudieron ser felices:
Ella era Úrsula, una joven estudiante que venía de una familia con una muy buena posición económica y además era hija única, vivía con su madre ya que su padre había muerto por causas que se desconocen.
Él era un humilde kiosquero que desarrollaba su labor frente al colegio en el cual ella estudiaba. Su nombre era Eduardo y tenía 18 años. Era años mayor que Úrsula que tenía 14. Ellos fueron conociéndose en los momentos que Úrsula tenía un tiempo libre para ir al kiosco. Luego de ponerse en pareja, ella muchas veces faltaba al colegio para poder verse con él.
Así pasaron los meses y entre salida y salida ella quedó embarazada. La noticia les cayó como muy de sorpresa, ya que no lo habían planeado. Pero, a pesar del impacto de la noticia y el miedo que sintieron, ellos estaban contentos y decididos a formar una familia sin importar lo que pueda pasar cuando el resto del mundo se entere.
Pasaron un par de semanas para que Úrsula tomara coraje y le contara a su madre que estaba embarazada y de un kiosquero.
Cuando la enfrentó a su madre y le planteó su situación, que juntos querían formar una familia, no todo salió como esperaba ya que la madre tomo muy mal la noticia de que su hija menor de edad estaba embarazada y de un tipo mayor de edad, que encima era de una clase social muy inferior a la suya. Así que sin dudarlo y para evitar que sus finas amistades se enteren del trágico hecho que la atormentaba, obligó a Úrsula a viajar al exterior a la casa de una tía que casi no conocía. Y si ella se negaba a viajar, Eduardo terminaría preso, así que no tuvo otra opción.
Poco antes de irse escribió una carta para Eduardo, explicándole la situación y pidiéndole perdón por abandonarlo. También en la carta le decía que siempre lo iba a amar y que esperaba encontrarlo algún día. Pero, la carta nunca llegó a manos de Eduardo, debido a que sin darse cuenta Úrsula escribió mal la dirección.
Así que ella viajó creyendo que él iba a poder entenderla y no le guardaría rencor.
Al día siguiente, Eduardo muy ansioso por saber cual era el resultado de aquella confrontación, fue temprano a abrir el kiosco y a esperar a Úrsula. Pero, ella no aparecía y las horas pasaban y no la veía por ningún lado. Les preguntó a sus compañeras si sabían algo de ella, pero nadie sabía nada de Úrsula. Los días fueron pasando, se convirtieron en semanas y luego fueron meses y ella no aparecía, era como si nunca hubiera existido. Nadie sabía nada de ella ni de su paradero.
Al cabo de un año de incansable búsqueda, él no hizo más que resignarse y aceptar que perdió a la persona que más amaba en la vida y junto con ella el hijo que jamás conoció.
El tiempo pasó y él decidió rehacer su vida y formar una nueva pareja, y así poder revivir nuevamente el sueño de tener una familia. Las cosas le fueron bien, conoció a una buena mujer, salieron juntos durante unos años y por fin decidieron casarse, ya que estaban esperando un hijo.
Eduardo había progresado mucho desde que conoció a su nueva pareja. Cerró el kiosco y se adentró en el negocio de los autos. Para cuando se casó, ya tenía una automotora muy prestigiosa. Después de casarse, se fue con su "esposa" de luna de miel a México y en el hotel donde se hospedaban se encontraron con unos viejos amigos de su esposa.
Una mañana mientras él dormía, su mujer bajó a la piscina a desayunar con sus amigos, que se levantaban muy temprano.
De repente sonó el timbre de la habitación una y otra vez hasta despertarlo y creyendo que era su esposa, dijo en voz alta que pase y deje de tocar. Al abrir la puerta del cuarto para darle un beso a su mujer, se encontró con una sorpresa. No era su mujer, sino una empleada del hotel que le traía un desayuno sorpresa de parte de su esposa. Pero, al darle las gracias y mirarla a la cara, se encuentra con quien nunca imaginó que iba a volver a ver en su vida. Se miraron por un par de segundos, hasta que por fin se escucho una voz muy quebrada que dijo: - Me hicistes mucha falta, Úrsula, mucha falta…
- Vos también me hicistes mucha falta, Eduardo.
Luego, se abrazaron muy fuerte y sintieron nuevamente ese amor tan profundo que una vez se tuvieron y que nunca dejó de existir. Y sin pensarlo, se entregaron al deseo y la pasión que en ese momento les fue más que suficiente para olvidar que en ese mismo instante ellos tenían vidas totalmente paralelas. Y sin darse cuenta terminaron en la cama.
Pero, luego la realidad les invadió y rápidamente se vistieron y se despidieron hasta mañana a la misma hora, en esa misma habitación. Él la abrazó muy fuerte, tomo sus manos, la miró a los ojos y le confesó que nunca la dejó de amar y que nunca sintió algo así por nadie.
Al día siguiente, ella le preparó el desayuno con todo el entusiasmo pero al llegar a su habitación se encuentra con que habían partido muy temprano y la habitación se encontraba vacía.
Quizás que por venganza a Úrsula, que una vez lo había abandonado, o por seguir su sueño fiel de tener su propia familia, Eduardo prefirió irse con su esposa y continuar su vida sin saber que en aquella luna de miel Úrsula nuevamente había quedado embarazada.
Diez años más tarde, ya con su vida formada a su manera y con una muy linda familia, Eduardo disfrutaba de unas merecidas vacaciones con su familia en su casa de verano. Todo marchaba bien, cuando una mañana el timbre sonó.
- Yo atiendo. Dijo Eduardo.
Y al abrir la puerta, una muchachita adolescente y un niño de unos 10 años se encontraban justo frente a sus ojos. Él sin entender mucho les preguntó que se les ofrecía y luego de una corta pausa, la muchacha contestó:
- Mi nombre es Sofía y él es Agustín. Estamos buscando a Eduardo y solo tenemos esta dirección.
Eduardo respondió:
- La dirección está bien. Yo soy Eduardo, pero no estoy seguro de conocerlos.
Sofía sacó un sobre de su bolsillo y dándoselo le dijo:
- Mi madre escribió esta carta para usted… Ella murió el mes pasado y nos dijo que en esta dirección podríamos encontrar a nuestro padre y que su nombre es Eduardo.
Justo en ese momento su esposa estaba justo detrás de él y sin entender nada, sin hacer comentarios y llorando en silencio, tomó sus cosas y a su hijo y se marchó. Eduardo aún choqueado no intentó nada para detenerla. Fue tan grande el dolor que en ese momento sintió que no pudo hacer más que llorar y lamentarse por la pérdida de su único y verdadero amor.
Cuando por fin logró reaccionar, miró a esos extraños niños con dolor en su alma y los abrazó fuerte, pidiendo el perdón de sus hijos, sintiéndose muy culpable por ese trágico suceso.
Pasaron solo minutos para que sus hijos le contaran que solo localizaron a él para entregarle la carta y para conocerlo. En realidad, venían a vivir con su abuela, la madre de Úrsula, que estaba sola y por su edad necesitaba cuidado. Luego, Eduardo sin medir las consecuencias se fue muy lejos a donde nadie lo conociera y se perdió en el alcohol.
Fue buscado por su familia durante muchos años y nunca supieron su paradero, hasta que un día llamaron a su casa desde un hospital diciendo que habían encontrado a Eduardo en una ruta y en una condición critica. Había sido atropellado y por la gravedad del accidente necesitaba una transfusión de sangre urgente. Había perdido mucha sangre y si no aparecía un donante podría perder la vida.
Su esposa que fue al hospital a ver como se encontraba, estaba muy deprimida ya que su grupo sanguíneo no coincidía. Pusieron avisos en todas partes, pero no apareció nadie que pudiera donarle sangre, hasta que un día se dieron por vencidos. Él médico le había diagnosticado 6 meses de vida. Entonces, apareció Sofía su hija mayor decidida a donar la cantidad de sangre que fuera necesaria para salvar la vida de su padre, ya que su grupo sanguíneo era compatible.
Luego de la transfusión, solo faltaba esperar que Eduardo pudiera superar la situación ya que se encontraba en un estado muy inestable. Con el pasar de los días sus síntomas comenzaron a estabilizarse y poco a poco empezaron a crecer las esperanzas de quienes anhelaban su recuperación.
Con el tiempo, fue evolucionando bien hasta que por fin despertó y al abrir los ojos, lo primero que vio fue una pequeña congregación de personas que no hacía más que llorar y sonreír de emoción al ver que ese hombre que había estado más de un año sin despertar ahora de un momento a otro estaba nuevamente junto a ellos. Eran sus hijos y su esposa que a pesar de todo siempre estuvieron junto a él. Entonces, Eduardo por fin comprendió el verdadero significado de familia. Y aprendió que nunca se abandona a quien de verdad se ama, porque pase lo que pase, la familia es lo más importante y valioso que tiene un hombre.
FIN
2 comentários:
Esta es la culminación de todo un proceso, cuando ya se produce una historia cuya creación involucró a un guión, a decisiones calculadas en función del lector, en la idea de inicio, desarrollo, climax y conclusión.
Pese a que el autor final sea Eduardo Mendez, el guión fue creado colectivamente, teniendo Mayra mostrado - como siempre - que es una excelente guionista.
Felicitaciones a Eduardo, Mayra y a todos que estaban este dia!
What a beautiful story!
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