Ella ve a ella misma reflejada en todo. El otro yo y ella. Esta madre de, esta mujer de, es la única que lo ve.
Ella quiere que el marido se de vuelta, se de la espalda. Su stress de vida la lleva a querer escaparse de ella misma, esta que trabaja, cuida de los hijos, de la casa, quiere ser más libre, quiere ser su otro yo. A ella le gusta ser la madre de, la mujer de, pero fantasía igual. Fantasía con la libertad. Fantasía con no tener a nadie que dependa de ella.
Ella quiere dar la espalda al marido, porque no lo quiere. Esta cansada de la rutina. Esta harta del tedio.
Esa mujer se llama Elena. Ella es quien prepara todos los días el desayuno, levanta a los niños, los prepara para la escuela, los abriga, se fija si están bien vestidos, si está todo en la mochila. Después los lleva a la escuela.
Su marido, que se llama Pablo, se levanta antes, a las cinco, y siempre la ve dormida. Se prepara su desayuno solo y se va a trabajar. Ella se levanta a las seis.
Elena todos los días vuelve a la casa, después de llevar a los chicos a la escuela, a ordenar, a limpiar, a lavar ropa, a preparar el almuerzo, y se va a buscar los chicos a la escuela. Les da de comer, lava los platos, los atiende, y se pone a hacer la cena para cuando llegue el marido. Pablo llega y cenan juntos. Hablan y miran a la tele.
Y toda la noche ella se da vuelta, en la hora de dormir. Lo evita a la hora de dormir. Elena duerme siempre de espalda, Para que él no la moleste.
Un día, llevando a la escuela a los hijos, pasó por un bar y vio a un grupo de amigas tomando cervezas, jóvenes. Ella con 35, las chicas tan jóvenes. Elena piensa entonces que ya fue así y lo añora. Va a casa pensando en si, y ahí todo pasa a tener un nuevo significado. Es el otro que surge. Un día explota, se hace la valija y se va. Deja los chicos en la escuela, y que se encargue el padre. Como nadie aparece a buscar a los chicos a la escuela, la directora llama al padre. Este se encuentra en la casa con una nota que dice “chau”.
Quizás toda esposa de y madre de tiene esa fantasía, a ver que pasa "si yo me voy".
No, no, no... La mujer tiene sumisión al marido. Pero, es como el hombre que, como en Chico Buarque, no siente más el gusto de nada, por causa de la rutina. ¿Nunca vamos a salir de esta roda vida?
Es que la vida la pensamos de una manera y termina de otra. Pero, hay algo común en todo, que es la rutina. Y la rutina hace que la mujer cuide de sus hijos por toda su vida.
Pero, Elena ya estaba hace dos meses lejos y empezó a recordar algunas cosas lindas que les hace querer volver, como por ejemplo, el beso de sus hijos de noche antes de dormir, el “dame un beso mamá”, o levantarse con ellos por la mañana y ¿por que los rezongaba antes de irse a la escuela? Y Elena empieza a extrañarlos con otro tipo de sentimiento.
Y Elena se da cuenta que es esta la etapa de su vida, y va a volver porque entiende que es lo mismo que una persona que cae y que cuando se levanta todo va a ser distinto. Ella maduró. Y va a dar valor a todo distinto. A pesar de que solo vuelve por sus hijos, no por su marido, ella entiende que es su etapa de vida.
Um comentário:
Esa historia "ELLA" - creación colectiva - se generó a partir de la lectura de fragmentos del libro "Las Palabras Andantes" de Eduardo Galeano.
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