Não quero ter a terrível limitação de quem vive apenas do que é passível de fazer sentido. Eu não: Quero é uma verdade inventada.
Clarice Lispector
Clarice Lispector
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sábado, 21 de novembro de 2009
El príncipe azul y de buenos abdominales
Una mujer iba caminando porque tenía que comprar una cantidad de prendas femeninas que estaban en precio en Argentina. En una de esas tiendas empieza a charlar con un comprador rubio, con unos abdominales, era el hombre de sus sueños o por lo menos era lo que le parecía a ella.
Ella uruguaya y él argentino, intercambiaron sus números de celulares para comunicarse. Porque ella tenía complejo con su cuerpo, era medio gordita, y él muy perfecto, delgado, ella le preguntó a que gimnasio iba y ahí empezó una charla.
Él se va corriendo, porque lo llaman de la casa, una mujer.
Ella, medio decepcionada, se va de la tienda para el hotel. Pára en un quiosco a comprar chocolate y en ese momento recibe un mensaje de texto, que dice:
- ¡Llamáme esta noche!
Contenta sale corriendo al hotel a bañarse para estar linda. En el hotel se baña, elije una linda ropa, piensa en todo lo que van a hacer, cree que conoció a un hombre especial, y eufórica busca en la cartera su celular.
No lo encuentra, sale corriendo a buscarlo en el quiosco, pero llegando allá estaba cerrado, como las otras tiendas también.
Triste camina llorando y comiendo su chocolate en las calles bohemias de Buenos Aires.
Se pára y mira a una publicidad de un ómnibus, era una mujer haciendo propaganda de ropas con un buen cuerpo. Y ella - se supone - tiene complejo de su cuerpo.
Como que si el mundo parara, el ómnibus pasó en cámara lenta y para su sorpresa, cuando el ómnibus se va, del otro lado de la calle, también triste está su príncipe azul y de buenos abdominales.
Ella uruguaya y él argentino, intercambiaron sus números de celulares para comunicarse. Porque ella tenía complejo con su cuerpo, era medio gordita, y él muy perfecto, delgado, ella le preguntó a que gimnasio iba y ahí empezó una charla.
Él se va corriendo, porque lo llaman de la casa, una mujer.
Ella, medio decepcionada, se va de la tienda para el hotel. Pára en un quiosco a comprar chocolate y en ese momento recibe un mensaje de texto, que dice:
- ¡Llamáme esta noche!
Contenta sale corriendo al hotel a bañarse para estar linda. En el hotel se baña, elije una linda ropa, piensa en todo lo que van a hacer, cree que conoció a un hombre especial, y eufórica busca en la cartera su celular.
No lo encuentra, sale corriendo a buscarlo en el quiosco, pero llegando allá estaba cerrado, como las otras tiendas también.
Triste camina llorando y comiendo su chocolate en las calles bohemias de Buenos Aires.
Se pára y mira a una publicidad de un ómnibus, era una mujer haciendo propaganda de ropas con un buen cuerpo. Y ella - se supone - tiene complejo de su cuerpo.
Como que si el mundo parara, el ómnibus pasó en cámara lenta y para su sorpresa, cuando el ómnibus se va, del otro lado de la calle, también triste está su príncipe azul y de buenos abdominales.
Creación colectiva
domingo, 8 de novembro de 2009
quinta-feira, 5 de novembro de 2009
terça-feira, 3 de novembro de 2009
Úrsula y Eduardo
Este es el relato de una pareja que como tantas otras no pudieron ser felices:
Ella era Úrsula, una joven estudiante que venía de una familia con una muy buena posición económica y además era hija única, vivía con su madre ya que su padre había muerto por causas que se desconocen.
Él era un humilde kiosquero que desarrollaba su labor frente al colegio en el cual ella estudiaba. Su nombre era Eduardo y tenía 18 años. Era años mayor que Úrsula que tenía 14. Ellos fueron conociéndose en los momentos que Úrsula tenía un tiempo libre para ir al kiosco. Luego de ponerse en pareja, ella muchas veces faltaba al colegio para poder verse con él.
Así pasaron los meses y entre salida y salida ella quedó embarazada. La noticia les cayó como muy de sorpresa, ya que no lo habían planeado. Pero, a pesar del impacto de la noticia y el miedo que sintieron, ellos estaban contentos y decididos a formar una familia sin importar lo que pueda pasar cuando el resto del mundo se entere.
Pasaron un par de semanas para que Úrsula tomara coraje y le contara a su madre que estaba embarazada y de un kiosquero.
Cuando la enfrentó a su madre y le planteó su situación, que juntos querían formar una familia, no todo salió como esperaba ya que la madre tomo muy mal la noticia de que su hija menor de edad estaba embarazada y de un tipo mayor de edad, que encima era de una clase social muy inferior a la suya. Así que sin dudarlo y para evitar que sus finas amistades se enteren del trágico hecho que la atormentaba, obligó a Úrsula a viajar al exterior a la casa de una tía que casi no conocía. Y si ella se negaba a viajar, Eduardo terminaría preso, así que no tuvo otra opción.
Poco antes de irse escribió una carta para Eduardo, explicándole la situación y pidiéndole perdón por abandonarlo. También en la carta le decía que siempre lo iba a amar y que esperaba encontrarlo algún día. Pero, la carta nunca llegó a manos de Eduardo, debido a que sin darse cuenta Úrsula escribió mal la dirección.
Así que ella viajó creyendo que él iba a poder entenderla y no le guardaría rencor.
Al día siguiente, Eduardo muy ansioso por saber cual era el resultado de aquella confrontación, fue temprano a abrir el kiosco y a esperar a Úrsula. Pero, ella no aparecía y las horas pasaban y no la veía por ningún lado. Les preguntó a sus compañeras si sabían algo de ella, pero nadie sabía nada de Úrsula. Los días fueron pasando, se convirtieron en semanas y luego fueron meses y ella no aparecía, era como si nunca hubiera existido. Nadie sabía nada de ella ni de su paradero.
Al cabo de un año de incansable búsqueda, él no hizo más que resignarse y aceptar que perdió a la persona que más amaba en la vida y junto con ella el hijo que jamás conoció.
El tiempo pasó y él decidió rehacer su vida y formar una nueva pareja, y así poder revivir nuevamente el sueño de tener una familia. Las cosas le fueron bien, conoció a una buena mujer, salieron juntos durante unos años y por fin decidieron casarse, ya que estaban esperando un hijo.
Eduardo había progresado mucho desde que conoció a su nueva pareja. Cerró el kiosco y se adentró en el negocio de los autos. Para cuando se casó, ya tenía una automotora muy prestigiosa. Después de casarse, se fue con su "esposa" de luna de miel a México y en el hotel donde se hospedaban se encontraron con unos viejos amigos de su esposa.
Una mañana mientras él dormía, su mujer bajó a la piscina a desayunar con sus amigos, que se levantaban muy temprano.
De repente sonó el timbre de la habitación una y otra vez hasta despertarlo y creyendo que era su esposa, dijo en voz alta que pase y deje de tocar. Al abrir la puerta del cuarto para darle un beso a su mujer, se encontró con una sorpresa. No era su mujer, sino una empleada del hotel que le traía un desayuno sorpresa de parte de su esposa. Pero, al darle las gracias y mirarla a la cara, se encuentra con quien nunca imaginó que iba a volver a ver en su vida. Se miraron por un par de segundos, hasta que por fin se escucho una voz muy quebrada que dijo: - Me hicistes mucha falta, Úrsula, mucha falta…
- Vos también me hicistes mucha falta, Eduardo.
Luego, se abrazaron muy fuerte y sintieron nuevamente ese amor tan profundo que una vez se tuvieron y que nunca dejó de existir. Y sin pensarlo, se entregaron al deseo y la pasión que en ese momento les fue más que suficiente para olvidar que en ese mismo instante ellos tenían vidas totalmente paralelas. Y sin darse cuenta terminaron en la cama.
Pero, luego la realidad les invadió y rápidamente se vistieron y se despidieron hasta mañana a la misma hora, en esa misma habitación. Él la abrazó muy fuerte, tomo sus manos, la miró a los ojos y le confesó que nunca la dejó de amar y que nunca sintió algo así por nadie.
Al día siguiente, ella le preparó el desayuno con todo el entusiasmo pero al llegar a su habitación se encuentra con que habían partido muy temprano y la habitación se encontraba vacía.
Quizás que por venganza a Úrsula, que una vez lo había abandonado, o por seguir su sueño fiel de tener su propia familia, Eduardo prefirió irse con su esposa y continuar su vida sin saber que en aquella luna de miel Úrsula nuevamente había quedado embarazada.
Diez años más tarde, ya con su vida formada a su manera y con una muy linda familia, Eduardo disfrutaba de unas merecidas vacaciones con su familia en su casa de verano. Todo marchaba bien, cuando una mañana el timbre sonó.
- Yo atiendo. Dijo Eduardo.
Y al abrir la puerta, una muchachita adolescente y un niño de unos 10 años se encontraban justo frente a sus ojos. Él sin entender mucho les preguntó que se les ofrecía y luego de una corta pausa, la muchacha contestó:
- Mi nombre es Sofía y él es Agustín. Estamos buscando a Eduardo y solo tenemos esta dirección.
Eduardo respondió:
- La dirección está bien. Yo soy Eduardo, pero no estoy seguro de conocerlos.
Sofía sacó un sobre de su bolsillo y dándoselo le dijo:
- Mi madre escribió esta carta para usted… Ella murió el mes pasado y nos dijo que en esta dirección podríamos encontrar a nuestro padre y que su nombre es Eduardo.
Justo en ese momento su esposa estaba justo detrás de él y sin entender nada, sin hacer comentarios y llorando en silencio, tomó sus cosas y a su hijo y se marchó. Eduardo aún choqueado no intentó nada para detenerla. Fue tan grande el dolor que en ese momento sintió que no pudo hacer más que llorar y lamentarse por la pérdida de su único y verdadero amor.
Cuando por fin logró reaccionar, miró a esos extraños niños con dolor en su alma y los abrazó fuerte, pidiendo el perdón de sus hijos, sintiéndose muy culpable por ese trágico suceso.
Pasaron solo minutos para que sus hijos le contaran que solo localizaron a él para entregarle la carta y para conocerlo. En realidad, venían a vivir con su abuela, la madre de Úrsula, que estaba sola y por su edad necesitaba cuidado. Luego, Eduardo sin medir las consecuencias se fue muy lejos a donde nadie lo conociera y se perdió en el alcohol.
Fue buscado por su familia durante muchos años y nunca supieron su paradero, hasta que un día llamaron a su casa desde un hospital diciendo que habían encontrado a Eduardo en una ruta y en una condición critica. Había sido atropellado y por la gravedad del accidente necesitaba una transfusión de sangre urgente. Había perdido mucha sangre y si no aparecía un donante podría perder la vida.
Su esposa que fue al hospital a ver como se encontraba, estaba muy deprimida ya que su grupo sanguíneo no coincidía. Pusieron avisos en todas partes, pero no apareció nadie que pudiera donarle sangre, hasta que un día se dieron por vencidos. Él médico le había diagnosticado 6 meses de vida. Entonces, apareció Sofía su hija mayor decidida a donar la cantidad de sangre que fuera necesaria para salvar la vida de su padre, ya que su grupo sanguíneo era compatible.
Luego de la transfusión, solo faltaba esperar que Eduardo pudiera superar la situación ya que se encontraba en un estado muy inestable. Con el pasar de los días sus síntomas comenzaron a estabilizarse y poco a poco empezaron a crecer las esperanzas de quienes anhelaban su recuperación.
Con el tiempo, fue evolucionando bien hasta que por fin despertó y al abrir los ojos, lo primero que vio fue una pequeña congregación de personas que no hacía más que llorar y sonreír de emoción al ver que ese hombre que había estado más de un año sin despertar ahora de un momento a otro estaba nuevamente junto a ellos. Eran sus hijos y su esposa que a pesar de todo siempre estuvieron junto a él. Entonces, Eduardo por fin comprendió el verdadero significado de familia. Y aprendió que nunca se abandona a quien de verdad se ama, porque pase lo que pase, la familia es lo más importante y valioso que tiene un hombre.
FIN
La Esclava
I
Nadie me va a querer comprar. Me voy a morir de hambre. Ya no sirvo. ¿Será que voy a terminar en las calles mendigando? ¿Y si me echan de este hospital? María me va a ayudar. Capaz que se me recibe alguna familia. Y si me lo reciben llevo a María.
II
Igual, que me importa. A esta altura me da igual. Seguro… me voy a matar. Total me queda poco. Estoy vieja.
III
Soy una negra de mierda.
IV
Que Dios me lleve cuanto antes. Que Dios me perdone todos los pecados que cometí y que me lleve cuanto antes.
V
¡Que la puta madre, estos locos ensucian todo y total la negra está acá para limpiar!
VI
¡Hay Dios! ¡Que se me rompió la escoba! ¿Cómo la arreglo ahora? Si se enteran me mandan al tronco. Ahí no hay camino. A esta altura ya no aguanto.
VII
¡La puta madre! Dejé los fideos en la olla.
Creación colectiva
Primer Etapa
Me fui de Italia en el momento que Europa carecía de trabajo. En Europa vivía mucha gente, superpoblada, y mucha gente resolvía emigrar. Soy uno de los tantos emigrantes que llegaron al Uruguay. Mi padre ya estaba acá. Mi padre es una persona que hizo la Segunda Guerra Mundial. Tenía esa costumbre militar. Era parte militar y parte civil. A veces, uno se inclina por la parte civil otro por la militar. Mi padre se inclinó mucho por la militar. O sea, que yo fui educado en un sistema militar.
Yo llego al Uruguay. Todo lindo. Todo me llama la atención. Haber vivido en las montañas y acá está tan cerca de nosotros el mar. Yo tenía un miedo al mar, que para bañarme corría siete o ocho cuadras para ganarme coraje. La sensación era esta.
Mi primera impresión es esta.
Y luego después, estuve viviendo cercado de muchas damas. Por un lado yo era muy asistido, por otro había una rigidez muy grande.
Hasta que me voy a Punta del Este. Ya soy grande. Tengo una responsabilidad muy grande. Nace mi hijo. Lo tengo a mis veinte años. Además el rigor de mi padre. Y el poder que puede tener un padre sobre los hijos. Todo tiene su lugar. Cada lugar para cada cosa. Y se olvidaba del principal que es tener conocimiento de la libertad. Yo le decía "Papá, acá todo es distinto. La política acá se basa en la libertad. No podés ser tan tosco" Pero no me dio corte.
Ahora puedes preguntarme una cantidad de anécdotas. Como aprendí el idioma. ¿Como se dice esto en castellano?
Estrella. Mi ángel de la guardia
En mi anterior relato hablé sobre mi relación con Estrella. Mi ángel de la guardia. Hoy va a hablar un poco ella.
- Estrella ¿cómo he sido en la vida?
Ella me contesta: - Ha sido una buena persona, solidaria y leal.
- ¿Y por qué Allá me castigó con esta enfermedad?
Ella me contestó que Allá no castiga. Que la vida es así, y cualquier persona puede tener un quebranto de salud. Que ella me cuidó siempre, pero eso no lo pudo evitar.
Ella me aconsejó que mirara alrededor y viera el dolor de otra gente, no para comparar, sino para minimizar lo mío.
No hay que bajar los brazos. Soñar siempre, que a veces los sueños se hacen realidad. Y quizás algún día, pueda mejorar mi calidad de vida, y poder conocer a mi patria con Estrella, que tiene que acompañarme hasta que yo falte, para que ella quede libre y pueda volver al cielo con sus hermanas. Y ojalá sea elegida para cuidar de por vida a otro niño de mi pueblo que lo necesite, como me cuidó y miró a mí durante 54 años.
Habla Estrella: - Estoy cansada. Llevastes una vida bastante alocada. Y ahora no consigo controlarte. Espero que te quieras más a ti misma. Si no te quieres tu, no puedes querer a nadie.
Lilien
Mi personaje era Estrella.
Estrella me acompaña desde que nací porque Li en árabe es Estrella y Le es fugaz. Porque nací en la Arabia Saudita.
Elegí mal la época 1950, porque fue cuando mi pueblo comenzó a tener conflictos con Francia. Los musulmanes respetan mucho a las estrellas, porque ellas los guían en sus largas travesías por el desierto a la noche. Me gustaría algún día poder ir a mi tierra y que mi Estrella me acompañe y me guíe hasta donde nací. Fue hace 54 años. Tenía 3 años cuando me vine. Mi pueblo se divide en clanes. Cada uno con su familia y con diferentes maneras de vivir. Hay pastores, mercadeaos, algunos venden o hacen trueque de camellos por comida. Yo pertenezco a una tribu árabe que significa hombres guerreros. De ahí quizás mi carácter.
Lilien
Ella
Ella ve a ella misma reflejada en todo. El otro yo y ella. Esta madre de, esta mujer de, es la única que lo ve.
Ella quiere que el marido se de vuelta, se de la espalda. Su stress de vida la lleva a querer escaparse de ella misma, esta que trabaja, cuida de los hijos, de la casa, quiere ser más libre, quiere ser su otro yo. A ella le gusta ser la madre de, la mujer de, pero fantasía igual. Fantasía con la libertad. Fantasía con no tener a nadie que dependa de ella.
Ella quiere dar la espalda al marido, porque no lo quiere. Esta cansada de la rutina. Esta harta del tedio.
Esa mujer se llama Elena. Ella es quien prepara todos los días el desayuno, levanta a los niños, los prepara para la escuela, los abriga, se fija si están bien vestidos, si está todo en la mochila. Después los lleva a la escuela.
Su marido, que se llama Pablo, se levanta antes, a las cinco, y siempre la ve dormida. Se prepara su desayuno solo y se va a trabajar. Ella se levanta a las seis.
Elena todos los días vuelve a la casa, después de llevar a los chicos a la escuela, a ordenar, a limpiar, a lavar ropa, a preparar el almuerzo, y se va a buscar los chicos a la escuela. Les da de comer, lava los platos, los atiende, y se pone a hacer la cena para cuando llegue el marido. Pablo llega y cenan juntos. Hablan y miran a la tele.
Y toda la noche ella se da vuelta, en la hora de dormir. Lo evita a la hora de dormir. Elena duerme siempre de espalda, Para que él no la moleste.
Un día, llevando a la escuela a los hijos, pasó por un bar y vio a un grupo de amigas tomando cervezas, jóvenes. Ella con 35, las chicas tan jóvenes. Elena piensa entonces que ya fue así y lo añora. Va a casa pensando en si, y ahí todo pasa a tener un nuevo significado. Es el otro que surge. Un día explota, se hace la valija y se va. Deja los chicos en la escuela, y que se encargue el padre. Como nadie aparece a buscar a los chicos a la escuela, la directora llama al padre. Este se encuentra en la casa con una nota que dice “chau”.
Quizás toda esposa de y madre de tiene esa fantasía, a ver que pasa "si yo me voy".
No, no, no... La mujer tiene sumisión al marido. Pero, es como el hombre que, como en Chico Buarque, no siente más el gusto de nada, por causa de la rutina. ¿Nunca vamos a salir de esta roda vida?
Es que la vida la pensamos de una manera y termina de otra. Pero, hay algo común en todo, que es la rutina. Y la rutina hace que la mujer cuide de sus hijos por toda su vida.
Pero, Elena ya estaba hace dos meses lejos y empezó a recordar algunas cosas lindas que les hace querer volver, como por ejemplo, el beso de sus hijos de noche antes de dormir, el “dame un beso mamá”, o levantarse con ellos por la mañana y ¿por que los rezongaba antes de irse a la escuela? Y Elena empieza a extrañarlos con otro tipo de sentimiento.
Y Elena se da cuenta que es esta la etapa de su vida, y va a volver porque entiende que es lo mismo que una persona que cae y que cuando se levanta todo va a ser distinto. Ella maduró. Y va a dar valor a todo distinto. A pesar de que solo vuelve por sus hijos, no por su marido, ella entiende que es su etapa de vida.
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