Não quero ter a terrível limitação de quem vive apenas do que é passível de fazer sentido. Eu não: Quero é uma verdade inventada.

Clarice Lispector

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terça-feira, 8 de dezembro de 2009

Covardia - Cobardía

Tres amigos de muchos años, una mujer y dos hombres, actualmente tienen al rededor de 40 años. Estaban en la casa de la mujer. Eran socios y tenían que hablar de negocios. La disputa fue a partir de los negocios inmobiliarios, ellos vendían casas.
Discutían el precio de las viviendas o salones. La cosa se complicaba porque entre ellos había un parentesco.Tenían que adjudicar la herencia del cuarto amigo, recientemente fallecido.
No se ponen de acuerdo en el reparto y uno de ellos le dice al otro que no le correspondía los 50% sino una parte igual para todos, que no era lo que decía el testamento.
El otro se enoja y le dice:
- ¡Sos un estafador!
La mujer se levanta y se va porque siempre huye de las situaciones conflictivas. Huye porque no quiere discutir y que descubran la verdad. Los errores del muerto. Con ella, el muerto vendía casas y no les decía a los socios. Su gran motivo son las deudas generadas por el muerto, las cuales fueron trasladadas a los otros dos.
Vuelve a la sala porque decide resolver el problema y su sensatez la lleva a considerar dichas deudas, atestiguando su defensa mediante documentos que mostraban que en determinada fecha se habían contraido deudas a nombre de ella.
A pesar de ser primos, solo miraban el problema desde el punto de vista comercial. Y eso crea distancia, porque genera mentiras, que era lo que estaban poniendo arriba de la mesa: sus mentiras tratando de obtener derechos que no les pertenecían.
No hay solución, son muchas las mentiras, muchas deudas, mucha desconfianza.
Uno amenaza al otro. El otro le grita. Se van a las manos. Se arrollan cosas. Surge una pistola. Un tiro al aire. Los vecinos hacen la denuncia. Los herederos salen al raje.
La casa queda vacía.


Cristina, Nahir, Giovanni

quarta-feira, 2 de dezembro de 2009

Inés. Maestra. Estela. Vecina.

Inés. Maestra. Todos los días ella y más diez niños iban en bicicleta a la escuela. Demoraban 30 minutos. En el invierno iban en la lluvia. Heredó una casa grande de una tía. Al ver a la casa por primera vez pensó en hacer ahí una escuela.

Estela. Vecina. No trabajaba. Cuidaba a la madre y hacía los quehaceres. Vivía de la jubilación del marido. Su madre sufría del corazón y tenía que descansar. Era una madre muy mal humorada y odiaba a los ruidos. Y los niños cuando juegan hacen mucho bullicio.  Estela no tenía hijos. El marido era dueño de una tienda de telas y les gustaba mucho a la música clásica y el silencio.

Stela, cuando se entera de la construcción de la escuela, entra con un pleito a la justicia. Y de puerta a puerta empiezan a insultarse, faltando poco para que no llegara a las agresiones.

Un día el gato de Inés aparece muerto. Habían puesto veneno en la carne, según el dictamen del veterinario. La vecindad quedó mal trecha y se terminó la amistad entre ambas.

Van a los tribunales, como consecuencia entablan juicios. El abogado de Inés alegaba en su defensa, su principal cometido, quieren hacer obras para abrir una escuela porque estos niños eran obligados a ir en bicicleta, en los tiempos malos de lluvia, de viento, intemperie y por eso vivían enfermos y faltaban mucho.

La contra parte argumentó que su familia iba a vivir en una tensión espantosa por los ruidos que se originan principalmente en el recreo, entrada y salida. Y lo más importante era que esa concurrencia de los niños iban a generar molestias de otra naturaleza, por ejemplo, traficantes de drogas en las puertas. Y que su madre de ochenta años en situación de salud muy débil debía permanecer en silencio y tranquilidad importante. El señior juez tenia que tener mucha complacencia en tomar una decisión favorable a los intereses de impedir la execusion de esa obra. Inés por su parte recuerda que esos niños tienen el derecho a tener una escuela más cerca de su casa.

La contestación que dio el juez fue favorable para ambas partes. Que la escuela abriría solo de mañana y con eso en la tarde habría silencio.

Después de transcurrido determinado tiempo, Estela se acostumbra con la escuela y acepta la invitación de Inés de integrarse en el cuerpo educativo, dictando clases de canto, piano y cultura musical.

Hoy en día Estela está mucho  más feliz porque ocupa su tiempo con los niños en la escuela de Inés y porque ha comprendido  y se ha integrado de lo que es la educación, la escuela y toda la trayectoria que tienen los niños en su formación para vivir alegremente.

Nahir y Giovanni

Nahir y su nueva historia de ficción

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