Discutían el precio de las viviendas o salones. La cosa se complicaba porque entre ellos había un parentesco.Tenían que adjudicar la herencia del cuarto amigo, recientemente fallecido.
No se ponen de acuerdo en el reparto y uno de ellos le dice al otro que no le correspondía los 50% sino una parte igual para todos, que no era lo que decía el testamento.
El otro se enoja y le dice:
- ¡Sos un estafador!
La mujer se levanta y se va porque siempre huye de las situaciones conflictivas. Huye porque no quiere discutir y que descubran la verdad. Los errores del muerto. Con ella, el muerto vendía casas y no les decía a los socios. Su gran motivo son las deudas generadas por el muerto, las cuales fueron trasladadas a los otros dos.
Vuelve a la sala porque decide resolver el problema y su sensatez la lleva a considerar dichas deudas, atestiguando su defensa mediante documentos que mostraban que en determinada fecha se habían contraido deudas a nombre de ella.
A pesar de ser primos, solo miraban el problema desde el punto de vista comercial. Y eso crea distancia, porque genera mentiras, que era lo que estaban poniendo arriba de la mesa: sus mentiras tratando de obtener derechos que no les pertenecían.
No hay solución, son muchas las mentiras, muchas deudas, mucha desconfianza.
Uno amenaza al otro. El otro le grita. Se van a las manos. Se arrollan cosas. Surge una pistola. Un tiro al aire. Los vecinos hacen la denuncia. Los herederos salen al raje.
La casa queda vacía.
Cristina, Nahir, Giovanni